23 de marzo: María Lugones (Elisa J. Pérez Rosales)








María Lugones (1944)


Elisa J. Pérez Rosales



Mi acercamiento al pensamiento filosófico de María Lugones supuso todo un descubrimiento para lo que se ha denominado el discurso de la frontera, como ruptura con las concepciones del feminismo blanco y hegemónico. Este enfoque define su narrativa feminista, como teórica de la resistencia que desarrolla su investigación en la línea del feminismo decolonial centrado en las mujeres de color, reclamando la voz de la subalternidad. Realiza una crítica diferente a los feminismos occidentales, entendiendo que el patriarcado actúa desde la colonialidad, desde el género, el cual establece una cartografía de poder global. De ahí que la nueva epistemología investigadora se centre en la interseccionalidad de etnia-raza, clase, género y sexualidad a través de la cual intenta entender la indiferencia de los hombres ante la violencia que se ejerce sobre las mujeres. Mujeres de color generadoras de análisis críticos respecto al feminismo hegemónico por olvidar la interseccionalidad. Según Lugones, “No se trata solamente de una cuestión de ceguera epistemológica cuyo origen radica en una separación categorial”. 

Argentina de nacimiento, su madre fue hija de inmigrantes que procedían de Barcelona. María Lugones es filósofa y activista feminista. Profesora de Estudios de la Mujeres y de Literatura y Filosofía Comparada en la Binghamton University, en el estado de Nueva York. Su propia experiencia cultural ha conformado su enfoque decolonial en la perspectiva feminista. Entre sus textos más significativos podemos nombrar:
  • La inseparabilidad de raza, clase y género (2003)
  • Heterosexualismo en el colonial moderno sistema de género (2007)
  • Colonialidad y género (2008)
Este último texto Colonialidad y Género, presenta propuestas conceptuales en torno al pensamiento feminista decolonial. Su trabajo se inscribe en la línea de trabajo de Gloria Anzaldúa, Audre Lorde, Chela Sandoval, entre otras. Es en este marco, en el que Lugones se configura como una de las voces más importantes del feminismo decolonial que se erige como el eco de la voz subalterna no hegemónica, que ha estado presente, pero, como mera voz particularizada que la inhabilitaba como pensamiento que influye y tiene, a su vez, consecuencias a la hora de interpretar la opresión histórica en clave de género. Desde este paradigma, la subalterna se configura como la otredad o alteridad tal que sinónimos, no es más que una postura epistemológica que explora en el discurso la imagen de las culturas desplazadas a la periferia u otros espacios culturales marginales. Pues se trata, de hablar de otro modo, de producir otro discurso distinto al hegemónico, lo cual entraña desarticular lo dicho hasta el momento, fundamentalmente por las esferas del poder. 

En la relación que María Lugones establece entre filosofía y género, su voz se alza desde el feminismo de color que interpela al feminismo blanco, en la voz de mujeres negras, chicanas, indígenas, latinas… poniendo de manifiesto ejes de opresión que están ocultos por el feminismo blanco y hegemónico que armado de cánones disciplinarios dejan fuera toda una realidad convertida en otredad desde otros parámetros y epistemologías desemejantes. Ante este feminismo blanco, la propuesta gira en torno a categorías que interseccionan como el género, la clase, el sexo, la etnia, etc. que visibilizan las relaciones de poder que se dan entre las mujeres blancas y las mujeres de color. Partiendo de la base de que el pensamiento categorial y las categorías son herramientas de opresión, ya que estas no pueden suprimirse conceptualmente. Análisis que sacarán a la luz las consecuencias de la imposición colonial como fenómeno que permea la subjetividad y la intersubjetividad. 

La resistencia activa ante la colonialidad, que propone Lugones, pasa por un discurso orillado, fronterizo, para dar respuesta y señalar de manera explícita esta diferenciación colonial. Donde el discurso subalterno emerge como las nuevas epistemologías de la frontera desde una posición protagónica ante el poder hegemónico y jerárquico, en el que el discurso feminista como agencia y resistencia, integra la propia condición del ser mismo del subordinado. Este planteamiento implica la conversión del discurso feminista en un discurso que emerge desde la orilla, que busca un marco dialógico en el que pueda ser escuchado, como discurso contra la subalternidad. Pues a lo largo de la historia, el discurso feminista, se ha configurado como una constante en el análisis de la sumisión, como condición específica de las mujeres y de sus implicaciones en el sistema de género como la clave que sustenta el resto de las dominaciones, como la clase, la etnia o la sexualidad.

En la intersección entre colonialidad y género, analiza la colonialidad de género como otra distinción dicotómica y jerárquica entre lo humano y lo no humano, como eje conductor de la modernidad colonial sobre las y los colonizados bajo el dominio del hombre occidental. La cual establece otras distinciones jerárquicamente construidas como hombre y mujer. Este binomio sitúa al hombre europeo, blanco, cristiano, heterosexual como la medida de todas las cosas, capacitado para la esfera pública, para gobernar, dotado de razón; mientras que sitúa a la mujer europea, blanca, burguesa, como la reproductora de la raza y subordinada al hombre. Mientras los pueblos colonizados eran clasificados como no humanos. En esta categorización, las dicotomías jerárquicas se configuran como una estrategia normativa que subalterniza a las y los colonizados.

Esta ruptura con las narrativas occidentales, cargadas de cierta tensión, evidencia la condición subalterna de las mujeres y cómos esta se ha construido desde diferentes ámbitos como la familia, la moral y la política, y en todo y cada uno de ellos, las relaciones jerárquicas de poder han estado presente en la cotidianeidad de las mujeres y sus espacios de acción. Ya que esta se resignifica y se reconfigura pues no es causal, es siempre contextual. Es en esta línea en la que orbita la propuesta de María Lugones hacia un feminismo decolonial que dota de agencia a las mujeres desde la resistencia. 







Elisa J. Pérez Rosales es doctora en Filosofía por la Universidad de La Laguna.


Ilustración de Elena Gutiérrez Roecker

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