Susan Haack (1945)
Margarita Vázquez
Hice mi licenciatura en Salamanca a principios de los 80. No tuve ninguna profesora. Tampoco recuerdo que estudiáramos a ninguna filósofa. En aquel momento, todavía no era popular Arendt y se hablaba de Simone de Beauvoir como “la mujer” de Sartre. Lo peor de todo era que no nos dábamos cuenta de la anormalidad de aquella situación. Ni siquiera recuerdo haberle oído comentar nada sobre ella a Ana de Miguel, compañera de clase y ahora referencia imprescindible en la filosofía feminista.
En la carrera, me empezó a interesar la lógica, en especial la lógica modal y las, entonces, llamadas “lógicas no clásicas”. Alguien me recomendó dos libros recién traducidos al castellano de Susan Haack: Lógica divergente (Deviant Logic, Cambridge University Press, 1974), publicado en Paraninfo en 1980, y Filosofía de las Lógicas (Philosophy of Logics, Cambridge University Press, 1978), publicado en Cátedra en 1982. Sólo los títulos me resultaron ya muy atractivos y provocadores. Que los escribiera una mujer me gustó. Los leí y releí. Puedo decir que estos dos libros me cambiaron la vida, al menos la vida académica. Me abrieron las puertas a una parte de la filosofía que no conocía y de la que ya no quise volver a salir. Estaban llenos de problemas filosóficos a los que la lógica intentaba dar respuesta.
De Filosofía de las Lógicas me interesaron especialmente los capítulos 9, 10 y 11, dedicados a la diferencia entre lógica y lógicas (o entre lógica clásica y no clásica), a la lógica modal y a las lógicas plurivalentes. También el prefacio. A este último todavía hago referencia habitualmente en clase. Allí dice Haack que, en el último siglo, ha habido un tremendo y variado desarrollo de los sistemas lógicos. Especialmente en cuatro áreas: (i) el aparato lógico estándar; (ii) los cálculos no estándar; (iii) el estudio filosófico de la aplicación de estos sistemas; y (iv) el estudio de los fines y capacidades de la formalización. Pues bien, el libro de Haack da muestra de estos cuatro desarrollos. Y la segunda área, la de los cálculos no estándar, es la que presenta, justamente, en los capítulos 9, 10 y 11. Ella siempre enfatiza el hecho de que los sistemas “no estándar” se han desarrollado en paralelo a los sistemas clásicos o estándar. También que un desarrollo de la lógica no estándar promovió otro. Así, el interés por los sistemas modales, fomentó el surgimiento de las lógicas temporal, epistémica y deóntica. Haack presenta todos los sistemas lógicos y sus motivaciones de una manera viva y, al menos para mí, fascinante.
Esa es mi Susan Haack, la primera Haack. Hay otras. Si mi compañera y amiga de la Universidad de Granada, Mª José Frapolli, que tan bien la conoce, hiciera esta entrada, seguramente nos hablaría de otra.
Haack estudió, en Oxford, a Platón con Gilbert Ryle, lógica con Michael Dummett y ética con Philippa Foot. Allí también fue alumna de Arthur Prior, que estaba en esos años desarrollando sus sistemas de lógica temporal. Se doctoró mientras era profesora en un college de mujeres en Cambridge (donde coincidió con Elizabeth Anscombe). Todas estas influencias se pueden rastrear en su tesis (que se convertiría en su libro sobre lógica divergente) y en su Filosofía de las Lógicas. De Cambridge pasaría a Warwick y en 1990 a la Universidad de Miami. Durante todos estos años, ha trabajado y tratado infinidad de temas, siguiendo sus intereses personales y ajena a modas y tendencias. Polemista infatigable, destacan sus argumentos contra Popper y Rorty. Se ha dedicado, además de a la filosofía de la lógica (donde también destacan sus escritos sobre la verdad y los límites de los formalismos), al pragmatismo, a la filosofía de la ciencia y a la epistemología (incluida la epistemología feminista).
Más información sobre Susan Haack en esta entrevista en Doxa.
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