Annalisa Coliva
Enrico Brugnami*
Toda actividad relacionada con la escritura de una tesis doctoral se le aparece al alumno como un difícil reto. Comenzar una tesis no es, en este sentido, una excepción. Realizar los trámites burocráticos oportunos al caso sin exceder la fecha límite; buscar bibliografía sobre un tema del que posiblemente uno tan solo tenga una ligera idea; seleccionar, planificar, resumir y agrupar lecturas; gestionar la incertidumbre de cómo evolucionará el trabajo tras los años; administrar el miedo al fracaso y al papel en blanco… Pero también manejarse con soltura ante la ilusión y la euforia de afrontar una etapa vital clave de la vida académica.
En esta tesitura me encontraba yo cuando el profesor Manuel Liz, quien fue mi director de TFM, me sugirió leer la obra Epistemic Pluralism (2017). Ahí fue cuando di por primera vez con un texto de Annalisa Coliva. Ya bajo la tutela y dirección de tesis de la profesora Margarita Vázquez comencé a leer los distintos capítulos de la ya mencionada Epistemic Pluralism, editada junto a Nikolaj J. L. L. Pendersen, y de Relativism (2020), coescrita con Maria Baghramian. La primera, una obra colectiva donde se tratan diversos problemas del pluralismo epistémico, y la segunda, un ensayo-manual sobre el relativismo epistémico, me sirven a día de hoy para zarpar en el viaje de libros y artículos que supone hacer una tesis.
Annalisa Coliva, natural de Italia, es profesora de filosofía en la University of California, Irvine, y profesora asociada de filosofía en la Università degli Studi di Modena e Reggio Emilia, Italia. Alumna directa de Crispin Wright y Eva Picardi, ha dedicado a sus figuras diversos libros y artículos científicos. Sus principales intereses filosóficos son la epistemología, la filosofía del lenguaje y la filosofía de la mente. Es, como vemos, una filósofa esencialmente analítica.
Una de las cosas que más me llamaron la atención sobre la bibliografía académica de Coliva es la gran cantidad de manuales y monográficos que ha escrito. Considero que hacer buenos manuales, tanto para primer como para segundo y tercer ciclo universitario, no es algo fácil, sino que requiere de cierta destreza analítica y sintética y de una exposición clara pero rigurosa. Virtudes que, sobre todo ahora que estoy comenzando mi tesis, considero indispensables para una buena labor académica. A parte de las obras antes mencionadas, cabe destacar entre sus monografías y manuales (tanto escritos como editados) los siguientes títulos: Moore e Wittgenstein: scetticismo, certezza e senso comune (2003), Wittgenstein Today (2004), junto con Eva Picardi, Mind, Meaning and Knowledge. Themes from the Philosophy of Crispin Wright (2012) y The Varieties of Self-Knowledge (2016).
Pero el trabajo de Coliva va más allá de la exposición analítica y docente en varios manuales. Como sucede con toda persona dedicada a la filosofía, hay un destacado lugar para el pensamiento propio. Aquí me gustaría centrar la atención en su obra Extended rationality: a hinge epistemology (2015) y su capítulo de libro “What anti-realism about hinges could possibly be” (2018), donde expone su teoría sobre lo que en castellano se ha traducido como epistemología de goznes (hinge epistemology).
Sucintamente, podemos definir la epistemología de goznes como aquella parte de la epistemología que estudia las proposiciones elementales de nuestro pensar, tanto científico como cotidiano. A estas proposiciones se las llama proposiciones gozne precisamente porque sobre ellas viran (como la puerta sobre el gozne) el resto de las proposiciones informativas con las cuales nos movemos en el mundo. Así, al aseverar una afirmación como “el coche que vi ayer es rojo” lo hacemos sobre la afirmación implícita de proposiciones más elementales como “existe el mundo exterior” o “el mundo no comenzó hace cinco segundos”.
Pese a que debemos la metáfora del gozne o bisagra a Peirce (A survey of pragmaticism, CP. 5.467), la epistemología de goznes más conocida es la formulada por Wittgenstein en Sobre la certeza (§93 y ss., §401 y ss.). A esta variante wittgensteniana de la epistemología de goznes y a la teorizada por Moore se ha dedicado extensamente Annalisa Coliva. Fueron estas dos variantes por las que conocí también dicha epistemología, hace ya dos años en un curso del profesor Vicente Sanfélix sobre Hume, Wittgenstein y Strawson. Desde entonces, he tratado la epistemología de goznes tanto en clases de grado como en máster y ahora, ya en doctorado, vuelvo a sus problemas y formulaciones de la mano de Coliva.
La formulación wittgensteniana de la epistemología de goznes ha sido criticada como relativista al asumir una determinación conceptual e histórica de los goznes. Annalisa Coliva se suma a esta crítica y desarrolla su propia solución al problema. Para ello, formula una teoría mínima (o minimalista) de la verdad donde las condiciones de verdad para una proposición se preservan sin asumir la existencia de una fundamentación metafísica última de la realidad. En este sentido, Coliva señala que su teoría mínima de la verdad es más cercana al antirrealismo que al realismo.
Al hacer que la carga semántica de las proposiciones gozne sea metafísicamente neutra, se evita que estas caigan en un relativismo conceptual o histórico y, por lo tanto, se esquivan las consecuencias de un escepticismo radical. A su vez, la propuesta de Coliva logra conservar la existencia de una pluralidad de cosmovisiones o imágenes del mundo distintas entre sí, pero afines a los goznes.
Así pues, Annalisa Coliva se presenta como una autora clave para la epistemología de los últimos años. Su lectura es obligatoria no solo para quien quiera introducirse en el estudio del escepticismo, el relativismo y el pluralismo epistémico en general, sino también para quien quiera profundizar en los problemas actuales de la epistemología de goznes.
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