28 de marzo: Magdalena Vexler Talledo (Concepción Ortega Cruz)






Magdalena Vexler Talledo (1943-2010)


Concepción Ortega Cruz*



Forma parte de la tradición intelectual europea aludir a sistemas de pensamientos foráneos abanderando una condición de predominio y superioridad; obviamente, nuestra referencia al pensamiento hispanoamericano no podía representar una excepción. Cuando en este contexto, además, se pretende reconocer la labor realizada por una artesana de la filosofía como Magdalena Vexler Talledo se confirma la intuición de que muchos desiguales también sufren la condena de la invisibilidad.

Licenciada y Doctora en Filosofía, ejerció como docente en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima) aunque, como profesora de la asignatura “Teoría de la Ciencia”, también tuvo la oportunidad de ejercer su labor en las Facultades de Matemáticas, Física y Biología. Este ejercicio docente interdisciplinar se pone de manifiesto en sus diversas líneas de investigación: “Bioética y Filosofía”, “Teorías Éticas Contemporáneas”, “Ciencia y Ética”, “Epistemología Genética-Análisis Filosófico” o “Cultura y Filosofía”.

La filósofa Paquita Magdalena, como muchos la llamaban cariñosamente, hizo frente a las críticas que podían definir su postura filosófica como excesivamente ecléctica e, incluso, diletante. Nunca sintió la necesidad de identificarse con filósofo o corriente filosófica alguna, traicionando así las premisas básicas de la filosofía excelsa. Aunque siempre expresó un interés especial por autores como Descartes y Ortega y Gasset, insistía en que no sólo el contenido es importante sino también la forma de razonar o pensar; por otro lado, no hay que despreciar ninguna perspectiva filosófica puesto que todas aportan algún conocimiento digno de consideración. Es necesario fomentar la actitud colaborativa y dialogante, afirma, reconociendo incluso los posibles éxitos de las corrientes filosóficas “rivales”. No es de extrañar, por tanto, que concibiera la filosofía como una disciplina, o más bien como una actividad, sistémica y de marcado carácter interdisciplinar. 

De este convencimiento es fiel reflejo su apreciable número de publicaciones, de las que aquí sólo menciono algunas referencias: “La objetividad de las ciencias sociales I”, Revista Filosófica nº. 9, 1983; “La objetividad de las ciencias sociales II”, Aporía nº. 10, 1984; “Génesis del concepto de ley científica”, Escritura y Pensamiento, nº 1, 1998; “Tres metáforas en Wittgenstein”, Aletheia nº 5, 1999; “La concepción del ser humano y la sociedad en "Utopía", Yachai nº 5, 2001, o “Concepción de la técnica en Ortega y Gasset”, Reflexión y Crítica, nº 2, 2001.

La oportunidad de impartir la asignatura “Interpretación de textos” en las Escuelas de Filosofía va a marcar una etapa importante en el ejercicio docente de Magdalena Vexler Talledo en la medida en que estimula su interés por estudiar el pensamiento de diversos filósofos peruanos. 

Este itinerario teórico comienza a partir de su estudio de las metáforas (Filosofía y Metáfora, 2009), estudio que inició en su trabajo de Licenciatura en Filosofía y que adquiere una especial relevancia al entenderlas como una vía de conocimiento; es decir, no se centra en la acepción de las metáforas que la definen como sentido figurado sino como un recurso que nos permite comprender los hechos más complejos simplificando sus elementos. Esta línea de investigación la motiva a estudiar la obra de Mariano Iberico Rodríguez, quien reflexiona sobre esta figura aplicando la perspectiva del análisis del lenguaje (“Lenguaje, y filosofía en Mariano Iberico”, Logos Latinoamericano, vol. 4, nº 4, 1999; La Filosofía de Mariano Iberico, 2007). Pero como la filosofía debe entenderse como un ámbito de conocimiento en la que cada perspectiva teórica se intercomunique con su contraria, nuestra filósofa también aborda el estudio de un autor cuyas tesis son las opuestas a las de Mariano Iberico: el positivista Javier Prado Ugarteche (“Javier Prado y la tradición positivista peruana”, Logos Latinoamericana, 1998; El Positivismo de Javier Prado, 2008).

Su investigación sobre autores como los mencionados, a los que podemos sumar por ejemplo a Pedro Zulen Aymar o Manuel González Prada, no se limita a la mera aportación de reflexiones hermenéuticas, ya que en el contexto filosófico peruano (en realidad hispanoamericano) esta línea de investigación contribuye a reivindicar la existencia de una filosofía genuina. Esta labor debe su importancia al hecho de que la tradición filosófica europea ha impedido al pensamiento hispanoamericano en general, y al peruano en particular, reclamar la existencia de una filosofía originaria anterior y posterior al proceso colonial, lo que ha impuesto la visión de una narrativa exógena a sus propias condiciones históricas y sociales. 

En este contexto adquiere especial relevancia el análisis del pensamiento peruano de las dos primeras décadas del S. XX. De esta forma, investigar el tránsito del positivismo al bergsonismo, o el debate sobre la posible existencia de un pragmatismo peruano, convierten a Magdalena Vexler Talledo en un claro exponente que conjura la inquietud expresada por su maestro Augusto Salazar Bondy cuando éste se pregunta si “realmente existe una filosofía de nuestra América”.

Pero no fue su extenso currículum lo que atrajo mi interés por esta filósofa. Paquita Magdalena formaba parte de ese grupo de docentes que conciben su labor, no como la mera ejecución de una tarea profesional, sino como una forma de entender la vida. La admiración y el cariño con el que recordaba al que fue uno de sus más queridos maestros, el Dr. Víctor Lí Carrillo, ya permitía presagiar su compromiso futuro con dicho modelo de enseñanza.

Numerosas promociones de egresados y egresadas la recuerdan, especialmente, por su actitud cercana y dialogante; por motivarles constantemente a que se dedicaran a la investigación filosófica: “a esto que constituye nuestra verdadera tarea”, como bien recalcaba. Incansable defensora de que la enseñanza de la Filosofía debe intentar que el alumnado comprenda las preguntas que han orientado la historia de la misma, también reivindica la necesidad de enseñarles a evidenciar los problemas actuales, a identificar sus causas, porque sólo conociendo la realidad podemos actuar sobre ella. Siguiendo los pasos de Deleuze en su texto “El agotado”, fue alguien que nos enseñó que, cuando no hay utopía o ancla a las que agarrarse, hay que crear nuevas posibilidades.

Si tuviese que definir a Paquita Magdalena Vexler Talledo diría que fue una filósofa humanista; una gran observadora; una de esas maestras que inspiran… En palabras de quienes la conocieron, fue, sobre todo, una buena persona, una maestra que deja su herencia moral para los tiempos difíciles en los que vivimos…

                             … ¿Qué más se puede añadir?








Concepción Ortega Cruz es profesora de lógica y filosofía de la ciencia en la Universidad de La Laguna.


Ilustración de Elena Gutiérrez Roecker

Licencia de Creative Commons

Comentarios

  1. Era conocida también como Mamá Vexler por la preocupación que tenía por sus estudiantes. La has descrito tal cual era. está en el corazón de todos sus alumnos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario