29 de marzo: Esperanza Guisán (Margarita Vázquez)







Esperanza Guisán (1940-2015)


Margarita Vázquez



Nunca conocí a Esperanza Guisán. Y, la verdad, me hubiese gustado. Más aún ahora que, para escribir esta entrada, leí muchos obituarios de personas que sí la habían conocido. Pero siempre la he tenido muy presente, la catedrática de ética de la Universidad de Santiago de Compostela, una de las primeras filósofas académicas de España, una pionera. Según recuerda su amiga Victoria Camps (en un In Memoriam publicado en el periódico El País en noviembre de 2015): Fue una de las primeras mujeres que se abrieron paso en el campo de la enseñanza universitaria y que consiguió la cátedra, en unos tiempos en los que era más difícil y menos habitual que ahora compaginar la dedicación profesional y la vida familiar

Pero la razón por la que yo la he tenido siempre presente no tiene nada que ver con lo que se destaca de ella en todo lo que he leído. Es por una razón muy diferente. Tiene que ver con su labor de traductora, pero no de las traducciones que se suelen destacar. Esperanza Guisán tradujo uno de los libros que más me ha marcado como filósofa, la Introducción a la lógica modal, de Hughes y Cresswell. 

Eran los años 70, los últimos de la dictadura franquista y los primeros de la transición, y un grupo de filósofos, llamados entonces “los filósofos jóvenes”, hicieron una labor inmensa de introducción en España de la filosofía que se estaba haciendo más allá de nuestras fronteras. Nos acercaron las ideas, los autores, los problemas, las corrientes… y tradujeron los textos clave para que pudieran llegar a todos. Muchos de estos libros se publicaron en la colección “Estructura y función” (el nombre ya lo dice todo) de la Editorial Tecnos. Eran unos libros azules, de tamaño grande y edición blanda, sin fotos ni dibujos en la portada. Todos eran iguales, excepto título, autor... Cuando yo era estudiante en Salamanca a principios de los 80 eran tesoros para mí. Me hice con una buena colección de ellos. Aprendí mucho de todos, pero del que más aprendí fue del de Hughes y Cresswell. Aún ahora lo sigo utilizando. Han salido otros manuales más completos, más actuales. Los propios Hughes y Cresswell actualizaron su libro. Pero hay algo en el rigor, la sencillez y la claridad de ese primer manual que hace que siga siendo imprescindible para mí. Y, en su versión castellana, gran parte de este rigor, sencillez y claridad se debe a la traducción de Esperanza Guisán. En aquellos momentos, en que muchos de los conceptos allí utilizados, no existían en nuestra lengua, Esperanza consiguió hacerlos asequibles. Lo sorprendente, visto en retrospectiva, es que sus intereses filosóficos fueran por otros campos.

Esperanza Guisán Seijas nació en La Coruña (así es como le gustaba a ella que se dijera, y no A Coruña, según he leido) en 1940. Era la mayor de 10 hermanos. Por exigencias familiares realizó estudios mercantiles, lo que le llevó a trabajar de auxiliar administrativa. Pero, en 1965, tras una estancia en Londres, empieza a trabajar como profesora de inglés en Santiago de Compostela. Compagina este trabajo con el inicio de sus estudios universitarios y finalmente, con una beca, se traslada a Valencia a estudiar filosofía. En 1976 presenta su tesis doctoral y comienza a dar clase en la Universidad de Santiago, universidad donde desarrollaría toda su carrera académica y llegaría a ser catedrática. Su tesis dará origen a dos libros: Los presupuestos de la falacia naturalista (1981) y Cómo ser un buen empirista (1985). Este segundo libro es su primer acercamiento a la obra de John Stuart Mill. A estos libros siguieron otros, como Razón y pasión en ética, Los dilemas de la ética contemporánea, Introducción a la ética, Manifiesto hedonista,​ Ética sin religión y Más allá de la democracia.

Esperanza es muy recordada por sus contribuciones a la filosofía utilitarista, y la creación tanto de la Sociedad  Española de Estudios Utilitaristas, como de la Iberoaméricana. También, por la creación de una revista de referencia en ese campo, Télos. Su interés por el utilitarismo proviene, en gran medida, del estudio profundo que realizó de la obra de John Stuart Mill. Para Guisán “Mill ha estudiado y propagado las ideas más reformistas y radicales de la Inglaterra de su tiempo. Su ética es una ética sin religión, pero sin relativismos ni dogmas, con mucho entusiasmo, ayuna de fanatismo, aliada con la libertad y la igualdad, contraria a los extremismos de cualquier índole.” Llevada por su entusiasmo por este autor hizo traducciones y prólogos de algunas de sus obras. En sus propias palabras, en una entrevista a La voz de Galicia en octubre de 2010, el utilitarismo es la teoría que fomenta la igualdad, la solidaridad y la felicidad.

A Esperanza le interesaba la búsqueda de la felicidad. Lo que pasa es que ella pensaba que, en nuestra sociedad, la gente no sabe lo que es la felicidad, sino que basan la prosperidad en el dinero y el lujo. Aunque era optimista y pensaba que esto estaba empezando a cambiar.

En el año 2010, Esperanza Guisán publica en Télos “Un relato personal”. Me ha emocionado leerlo porque es el resumen de su trayectoria filosófica escrita con sus propias palabras. Me gustaría terminar este texto dejándola hablar a ella:

“He intentado recoger el legado de los más ilustres pensadores, los más sabios, los más ambiciosos, los que propugnaban una ética de máximos y excelencias, una ética del bienestar integral humano, que respetase y potenciase lo individual y único de cada persona, y el sentimiento social.”

“En esta hora de hacer un poco de balance sobre cuanto he escrito, cuanto he enseñado, tengo la impresión de que todavía estoy en el inicio de lo que juzgo será mi más importante tarea, intentar trasladar el énfasis de una educación cívica, una educación para la ciudadanía, a una educación etico-política cosmpolita, que abarque las virtudes clásicas de la excelencia, la benevolencia, el sentido de la justicia, la imparcialidad, y sobre todo, tarea en la que quiero implicarme más y más en el estudio interdisciplinar del desarrollo de la sympathy o empatía, para cooperar en la construcción no solo de un mundo éticamente mejor, sino de un lugar más dichoso.”

“Cuando uno mira su vida hacia atrás, comprende que todo lo realizado es muy poco. Y que lo importante no es lo que uno puede seguir haciendo, sino aquello que los demás, movidos por un espíritu utilitarista cosmopolita semejante van a seguir haciendo. Me llamo por ventura Esperanza y creo que la ética es la más fuerte pasión, la fuente de gozo más profundo. Felicidad y mucho entusiasmo es lo que deseo para todos los que hayan leído…lo que aquí he escrito. Con Mill, pero más allá de Mill… El mundo lo agradecerá y nosotros cada uno en particular nos sentiremos más íntimamente satisfechos. Una visión optimista de la vida que coincide con la de aquel que afirmó “Lo difícil lleva tiempo, lo imposible un poco más“.”








Margarita Vázquez es profesora titular de lógica y filosofía de la ciencia en la Universidad de La Laguna.


Ilustración de Elena Gutiérrez Roecker

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