Adriana Gonzalo (Problemas ontosemánticos de las teorías científicas. Una propuesta desde la concepción estructural)
Gonzalo, A. (2005). Problemas ontosemánticos de las teorías científicas. Una propuesta desde la concepción estructural, TÓPICOS. Revista de Filosofía de Santa Fe (Rep. Argentina), 12, 141-153.
Por Abraham Hernández *
Adriana Gonzalo es una filosofía de la ciencia que desarrolla su carrera de docente e investigadora en la Universidad Nacional del Litoral (Santa Fe). Forma parte del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Sus intereses giran en torno a cuestiones metacientificas que tradicionalmente han sido abordadas tanto por la llamada "concepción heredada" como por las corrientes que integran la “tradición semántica”. Cuenta con una cantidad notable de artículos y trabajos compartidos publicados a lo largo de varias décadas.
El “giro historicista” en filosofía de la ciencia acabó con la hegemonía que el positivismo lógico había mantenido durante décadas. Este cisma produjo tanto la proliferación de teorías de la ciencia como de estudios y de filosofías centradas en la actividad científica. El artículo que se reseña aquí se enmarca en esas tendencias que tratan de aportar un enfoque nuevo para problemas que ya trataba el positivismo lógico y para algunos nuevos que introdujo Thomas Kuhn. Estamos hablado de la concepción semántica de las teorías, la cual se suele identificar realmente más como una familia de concepciones que comparten ciertos elementos. Sucintamente, la concepción semántica de las teorías se diferencia de los compromisos teóricos del positivismo lógico en la medida en que las teorías dejan de considerarse como “conjuntos de enunciados” y pasan a ser identificadas como “clases de modelos”, es decir, se concibe a las teorías como entidades no lingüísticas. El “giro historicista” puso de manifiesto que la complejidad y riqueza de muchos elementos implicados en las teorías científicas se escurren en el proceso de la formalización lógica. El enfoque que ofrece la concepción semántica ha sido entendido como una estrategia interesante para superar las limitaciones de la concepción heredada.
Adriana Gonzalo caracteriza las cuestiones ontosemánticas para luego abordarlas desde la perspectiva de la “tradición semántica” caracterizada por Coffa, y que la autora asume como propia. En este planteamiento, además, hay expresada tanto una critica a la concepción realista de las teorías, como una reivindicación de que las posiciones del programa estructuralistas de las teorías (una concepción más dentro de la familia) pueden afiliarse a la “estrategia semanticista” para abordar los problemas ontosemánticos. La autora desarrolla estos planteamientos en una estructura que cuenta con una introducción, tres apartados y unas conclusiones.
En el apartado titulado “Problemas ontosemánticos y "estrategia semanticista" Adriana Gonzalo hace una caracterización de dichos problemas y seguidamente desarrolla la especificidad del enfoque de la “Tradición semántica” en relación con estos problemas. Dichos problemas se aglutinan, según la autora, en torno a un conjunto de preguntas que giran en torno al significado de los términos en las teorías científicas; la relación que se establece entre dichos términos y expresiones y las entidades extralingüisticas a las que se refieren o de la manera en que afecta nuestro lenguaje en la conformación de las teorías. En la relación de todos estos problemas hay implicados tanto aspectos epistémicos como lógicos y semánticos. La “tradición semántica” es, en ese sentido, la expresión de un enfoque que tiene a Frege como “la cabeza de una tradición que priorizó el esclarecimiento del problema de la significación de determinadas expresiones al de como es posible el conocimiento de estas” (p.142).
Dado que los compromisos teóricos derivados de los planteamientos del primer apartado sitúan este enfoque cerca de las denominadas posiciones “antirrealistas”, en “Una caracterización del realismo científico” la autora reflexiona acerca de las definiciones que Van Frassen (1980) hace del “realismo científico” y se mantiene crítica respecto de esta concepción. Se exponen los distintos matices del “realismo científico” a través de la visión que Sellars o Putnam mantienen al respecto. En este apartado se contrapone la idea de la “tradición semántica” de que no podemos acceder directamente al conocimiento de los objetos, sino mediante nuestras categorías o esquemas de significación, con la de que el mundo existe independientemente de nuestros conceptos y representaciones que defiende el “realismo científico”.
El apartado “Concepciones Semánticas de la ciencia (CS) y planeamiento de problemas ontosemánticos” está dividido en dos: por un lado “Aspectos centrales de la CS, y en particular de la Concepción Estructural (CE)” y, por otro, “Profundizando sobre el camino de acceso a los problemas semánticos en la CE”. Estos subapartados representan el núcleo del artículo, ya que en ellos la autora hace una defensa de la tesis de que la “concepción estructural” reúne aspectos que permiten su filiación en la caracterización dada de la "tradición semántica".
Finalmente, en “Consideraciones finales” se hace una breve recapitulación del esbozo planteado en relación con algunos aspectos de la ontosemántica en la concepción estructural como, por ejemplo, la vía de acceso a la pregunta ontológica, y la determinación primaria del lenguaje en el modo de acceder a los entes en general, a las entidades científicas en particular. Una de las consecuencias derivadas de estos planteamientos es que “que nuestras entidades mundanas, y objetos cognitivos son siempre teórico-dependientes” (p.155), lo cual nos aboca a abandonar la dicotomía entre el mundo “en sí mismo” y los conceptos que usamos para hablar de él. Además, “las propiedades del mundo” con la “concepción estrucutural” aparecen como relativas a una determinada teoría, Dicho de otro modo, desde esta perspectiva lo correcto es hablar de una representación de la realidad en oposición a la concepción realista de las teorías científicas.
En conclusión, cabe destacar cómo la autora, a través de una escritura sencilla y unos planteamientos ordenados, hace accesible al lector un tipo de problemas especialmente complejos que podríamos denominar “específicos” de una determinada corriente de la filosofía de la ciencia. La combinación de estas virtudes hace del texto un material interesante y tremendamente sugestivo.
*Abraham Hernández es investigador predoctoral en el programa de doctorado interuniversitario en Filosofía de la ULL.
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