Gladys Palau (Condicionales Contrafácticos: Condiciones de verdad y semántica de mundos posibles. Acerca de las Teorías de R. Stalnaker y D. Lewis)
Palau, G. (1980). Condicionales Contrafácticos: Condiciones de verdad y semántica de mundos posibles. Acerca de las Teorías de R. Stalnaker y D. Lewis. Crítica: Revista Hispanoamericana de Filosofía, 12(34), 5-39. DOI.
Por Margarita Vázquez Campos *
Gladys Palau nació en La
Plata en 1937. En la Universidad de esta misma ciudad estudió Filosofía y
empezó a dar clases. En 1976, tras una amenaza violenta, abandonó La Plata y se
instaló en Buenos Aires. Allí asiste a los seminarios sobre lógica modal y
condicionales contrafácticos que se llevaban a cabo en la Sociedad Argentina de
Análisis Filosófico (SADAF), impartidos por Carlos Alchourrón y Raúl Orayen.
Con la vuelta de la democracia a Argentina, pasó a formar parte de la cátedra
de Lógica de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos
Aires. En 1999 ocuparía la titularidad de esa cátedra hasta su jubilación. Fue
uno de los miembros más destacados de SADAF. Su muerte en 2016 nos cogió por
sorpresa a toda la comunidad filosófica hispanohablante.
Buscando un artículo para
reseñar de Gladys Palau me he encontrado éste, que no conocía, de la revista mexicana
Crítica. Esta revista es una de las
más importantes de filosofía en lengua española desde hace muchísimo tiempo. Y
en los años en los que publicó Gladys este artículo creo que no exagero si digo
que era la mejor revista con un enfoque analítico en nuestra lengua.
Palau se mete en este
artículo, de 1980, en una discusión de mucha actualidad en ese momento, y que
todavía sigue vigente. En 1973 había publicado David Lewis su libro Counterfactuals, en el que presenta su
famosa defensa del realismo de los mundos posibles, y en 1975 Robert Stalnaker
el capítulo “A Theory of Conditionals”, en el libro editado por Ernesto Sosa
que llevaba por título Causation and
Conditionals.
Comienza Gladys Palau, en
este artículo, presentando las dificultades que tiene la comprensión de los
condicionales lógicos en el uso común, especialmente cuando no hay una conexión
significativa entre el antecedente y consecuente. En distintos experimentos se
ve que los sujetos ven como falsos condicionales con un antecedente falso y
un consecuente verdadero, y como verdaderos condicionales con tanto el antecedente
como el consecuente falsos. Cuando, justamente, las tablas de verdad nos indican
lo contrario. Lo mismo sucede con los condicionales contrafácticos. Un ejemplo
de condicional contrafáctico sería: “Si hubiera dejado la bebida, habría
conseguido empleo”. Si los analizamos con tablas de verdad, se nos presentan
como verdaderos. Por eso, a partir del desarrollo de la semántica de mundos
posibles, se buscaron nuevas maneras lógicas de analizar los contrafácticos.
Las dos en las que se centrará este artículo son, justamente, las de Lewis y
Stalnaker citadas más arriba.
En el primer apartado se
presenta la teoría de Stalnaker, en los términos habituales de una semántica de
mundos posibles. Lo más característico es la existencia de un mundo absurdo en
el cual todas las contradicciones son verdaderas, y también sus consecuencias
lógicas, y el cuál no es accesible para ningún mundo, ni de él se puede acceder
a ningún otro. Si no hay ningún mundo en el que se cumpla el antecedente, la
función selección elige el mundo absurdo. Para Stalnaker, dice Palau, los contrafácticos
son afirmaciones sobre situaciones que no pertenecen al mundo real, de la misma
manera que las proposiciones condicionales indicativas. Es decir, son un tipo
de situaciones posibles no reales y el condicional de esta teoría permite
hablar sobre ellos. Analizando algunos contraejemplos presentados, encontrará
que esta teoría es inadecuada e insuficiente al no permitir distinguir entre
los contrafácticos y los condicionales indicativos, ni entre distintos tipos de
contrafácticos.
La teoría de David Lewis,
en el segundo apartado, se presenta como un intento de superar estas
dificultades. No es una teoría del condicional general, por lo que no se tienen
en cuenta los condicionales indicativos en general, ni los subjuntivos no
contrafácticos, como los subjuntivos futuros. Para la construcción de los
contrafácticos usará el pretérito pluscuamperfecto del subjuntivo, que
presupone la falsedad del antecedente, como en el ejemplo de más arriba (“Si
hubiera dejado la bebida, habría conseguido empleo”). Lewis introduce dos
operadores contrafácticos de necesidad y posibilidad. En su sistema, todos los
contrafácticos con antecedentes imposibles resultan vacuamente verdaderos y los
contrafácticos con antecedentes verdaderos se reducen a condicionales materiales.
Para Gladys Palau, aunque
reconoce bondades en la teoría de Lewis con respecto a la de Stalnaker, como su
adecuación al lenguaje natural o la demostración de que la noción de mundo
absurdo era técnicamente innecesaria, ve también graves dificultades. En este
punto, señala las críticas hechas por Frank Jackson.
En el apartado tercero
compara los resultados comunes a las dos teorías, como el refuerzo del
antecedente o la invalidez de la transitividad. Para Palau este segundo punto
es inaceptable y presenta una propuesta en la que un contraejemplo de Lewis a
la transitividad contrafáctica queda refutado.
El análisis que se hace
en este artículo, y la presentación de las teorías de los dos autores tratados,
es tremendamente adecuado y meticuloso, presentando lo fundamental de las dos
posturas y señalando los puntos fuertes y débiles de la misma. Las soluciones
aportadas nos abren caminos desde dónde seguir investigando. Han transcurrido
ya cuarenta años desde su publicación, pero su contenido sigue siendo tremendamente
estimulante y de actualidad filosófica. A pesar de que el artículo de Palau, en
una primera lectura, parezca centrarse en cuestiones muy técnicas de lógicas no
clásicas, esto no es así. Los avances que allí se estudian y los problemas que
se discuten tienen una gran relevancia en muchos campos filosóficos, desde la
filosofía del lenguaje y la epistemología hasta la metafísica y la ética.
Hablar de los contrafácticos es hablar de lo que no existe de hecho, y ese es
lo que continuamente hacemos al filosofar.
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