29 de marzo: Judy Wajcman








Judy Wajcman (1950)


Abraham Hernández



Judy Wajcman nació en Australia en 1950. Aunque socióloga de formación, ha hecho importantes avances en la filosofía de la ciencia y la tecnología desde un punto de vista feminista. Antes de ocupar la cátedra de Sociología Anthony Giddens en la London School of Economics (LSE), Wajcman fue profesora de esta misma disciplina en la Escuela de Investigación de Ciencias Sociales en The Australian National University. Ha ocupado cargos en Cambridge, Edimburgo, Manchester, Sydney, Tokio, Viena, Warwick y Zurich. Además, ha sido profesora visitante en distintos institutos y universidades de prestigio como pueden ser la Lehman Brothers Centre for Women in Business en la London Business School, la Oxford Internet Institute o la All Souls College. Del año 2009 al 2011 fue presidenta de la Sociedad de Estudios Sociales de la Ciencia. 


Su interés por la ciencia, el género y la tecnología se desarrolló como respuesta a la marginación de las mujeres de los trabajos científico-técnicos. Su producción académica comienza en los años 80 con multitud de artículos y libros, pero fue la publicación de su obra El tecnofeminismo en el año 2004 la que la elevó a las más altas cotas de popularidad de su carrera. Dicha obra es entendida, en gran medida, como un diálogo con su obra de 1991 titulada Feminism Confronts Technology. En ella Wajcman explicaba cómo la tecnología se ha venido construyendo social y culturalmente como parte constitutiva de una cultura masculina vinculada a la élite. Además, su análisis muestra que el proceso de socialización diferencial de varones y mujeres en el campo de la tecnología ha contribuido a legitimar y perpetuar en el tiempo la relación “técnica-masculinidad”. La consecuencia directa de dicha marginalidad de las mujeres del conocimiento en general, pero también de los saberes y habilidades tecnológicas, es la desvinculación de los ámbitos de poder o influencia, en la medida en que la tecnología supone una fuente de poder y de recursos fundamental. Por su parte, El tecnofeminismo está más centrado en analizar las diversas maneras en que las tecnologías tienen género, tanto en su diseño como en su utilización. En ambas obras Wajacman hace hincapié en que la historia del conocimiento científico estaba influida por el hecho de que las mujeres estaban excluidas de él, y que esa exclusión configuró el conocimiento científico occidental. 

El año pasado se publicó en nuestro país su penúltimo libro Esclavos del tiempo: Vidas aceleradas en la era del capitalismo digital. En esta obra Wajacman aborda otro de sus temas de interés: el uso del tiempo y su relación con las nuevas tecnologías o tecnologías digitales. Sus análisis son una aportación clave para tomar conciencia de cómo la cultura digital ha cambiado el concepto de tiempo y a su vez a nosotros mismos. Problematiza la imagen del individuo actual hiperconectado y adicto a todo tipo de redes. Wajcman recupera el viejo debate acerca de los fines de la tecnología, pero no desde una posición romántica o tecnófoba, sino desde una postura sensata y conciliadora, evitando por completo sumarse a las posturas que culpan a la tecnología de los males de la sociedad. Por ejemplo, según Wajacman, el debate sobre si las máquinas nos roban el trabajo solamente nos distrae del auténtico problema: la precariedad laboral.









Ilustración de Elena Gutiérrez Roecker 

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